06 Dic No permitas que tu doble moral arruine tus relaciones
¿Cuándo fue la última vez que se levantaron una mañana y dijeron: ¿hoy tengo ganas de lastimar a alguien, hoy tengo ganas de pelear con mi pareja o insultar a mis compañeros?, ¿Cuándo sucedió eso? Muy seguramente nunca ¿verdad? Pero aun así ese tipo de cosas tienden a suceder ¿no?
Y aun así teniendo en cuenta que nosotros no tenemos ese tipo de intenciones, cuando alguien tal vez dice algo que nos ofende o nos agrede sin darse cuenta, lo primero que creemos nosotros es que esta persona realmente quería agredirnos, quiere insultarnos, quiere lastimarnos, incluso llegamos a pensar eso de los seres más cercanos y queridos por nosotros.
Tendemos a juzgar fuertemente a las otras personas cuando nos sentimos agredidos por ella sin tener en cuenta, cómo lo dije anteriormente, que ninguno de nosotros tiende a levantarse con la intención de lastimar a alguien más.
Es por eso que debemos tener mucho cuidado en la manera como nosotros juzgamos las acciones de los demás, porque es aquí donde comienza nuestra doble moral.
Nosotros tendemos a juzgar a los demás por lo que hacen mientras que cuando somos nosotros los que lastimamos, ofendemos o herimos a otros, decimos simplemente que no era nuestra intención. ¿Si ves la doble moral?
Justamente aquí podemos ver que tenemos dos estándares muy diferentes para medir agresiones: si alguien nos lastima, lo querían hacer, pero si nosotros hacemos eso, no era nuestra intención.
¿Cómo podemos espera tener una mejor relación con alguien sí siempre estamos disculpando nuestras acciones y mientras juzgamos las de los demás?
Cuando juzgamos de esta manera nosotros no nos damos la oportunidad de entender por qué se comportó de esa manera, a qué se debe que haya hablado de cierta forma. Sus acciones pueden ser tal vez un reflejo de su inseguridad, de algún miedo o incluso alguna frustración que va más allá de la acción.
Por lo tanto, es muy importante que nosotros aprendamos a darle a las personas el beneficio de la duda.
No te imaginas lo importante y poderosa que puede ser esta actitud cuando queremos generar conexiones mejores con las personas que decimos amar; porque si todo el tiempo estamos juzgando, no vamos a poder entender qué está sucediendo más allá de la superficie.
Si alguien te está juzgando todo el tiempo, ¿crees tú que te puedes abrir frente a ella? No, ¿verdad? A nadie le agrada ser juzgado, ¿a ti sí?
Entonces tenemos que romper esta idea de que vamos a juzgar a los demás por lo que hacen, mientras que esperamos que el mundo reconozca nuestras verdaderas intenciones. En ninguna de estas dos posturas ganamos nada.
Las relaciones de calidad se construyen a través de la comprensión y para esto el juicio no puede existir dentro de estas. Comienza hoy a eliminarlas de tu vida y observa como las personas abrirán tu corazón hacia ti y podrás ver quien en realidad son.
Si no sabes por donde empezar, este puede ser un muy buen inicio:
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